El testimonio surge en la vida de los cristianos como una luz o un faro que puede iluminar a muchos y darles un sentido mucho más amplio a sus vidas. Testimonio y modelo son dos palabras que van unidas en este domingo. San Pablo pide a sus comunidades que los vean como modelo a imitar y Jesús interpela a sus discípulos que den testimonio. Tanto el testimonio y el modelo van unidos al evangelio, la buena nueva.
Vivir según nuestra condición de bautizados es lo que tenemos que trabajar en nuestra vida. Y la condición de bautizados nos lleva a la de nuestra vocación. Estemos casados, solteros, religiosos… y la fidelidad juega un papel muy importante. Y la fidelidad debe ir unida a nuestra conciencia. Ser conscientes del camino que nos hace felices (vocación) siendo fieles en lo que creemos (conciencia).
El mayor daño que nos hacemos y se hace a los cristianos es el anti testimonio. Hoy en día hemos visto como actitudes y acciones contrarias al evangelio por personas pertenecientes al sacerdocio o afines a instituciones de la iglesia, infidelidades la vocación matrimonial o religiosa, corrupción… han hecho un daño irreparable. En vez de llevar luz a este mundo han llevado oscuridad. Esto ha producido que muchos abandonen literalmente la iglesia. Y es que en la práctica a Dios se le conoce cuando se práctica el amor que nos enseñó su hijo Jesús. Y ahí todos tenemos una responsabilidad enorme. No podemos caer en el error de olvidar al prójimo.
Nuestra relación es personal con Dios y nos debe llevar a profundizar más en lo que somos como hijos suyos. En esta profundización nos ira moldeando nuestra actitud y conducta y ello se reflejará en las acciones que no solo serán luz para nuestro mundo sino también para los demás.¡Feliz Domingo!